sábado, septiembre 11, 2010

Noche de estrellas en Tula


La Zona arqueológica de Tula, ubicada en el estado de Hidalgo, e identificada como la antigua Tollan Xicocotitlan, fue capital de los toltecas durante el Potstclásico Temprano (950-1150 d.C.). Llegando a tener mas de 16 kms cuadrados de extensión, Tollan Xicocotitlan, donde gobernó el señor Ce Acatl Topltzin Quetzalcoatl, personaje asimilado a los ciclos del planeta Venus, fue también lugar privilegiado de observación astronómica.
De acuerdo a la información recogida por los informantes nahuas de Fray Bernardino de Sahagún varios siglos después de su ocaso, los toltecas eran grandes observadores del cielo pues “conocían… las estrellas, les dieron sus nombres… sabían bien como marcha el cielo, como da vueltas”. La orientación arquitectónica de los edificios principales de Tula parecen confirmar esta idea.
Heredera de la tradiciones teotihuacanas de siglos anteriores, la orientación de la traza urbana de Tula se ubica dentro de lo que los arqueoastrónomos llaman la familia de los 17 grados, es decir, asentamientos arqueológicos con desviaciones de 17 grados al este del norte astronómico. Esta orientación la presentan las plantas de los edificios B y C de la plaza principal de Tula y se halla también, por ejemplo, en Teotihuacan y Chichen Itzá. Para el edificio C de Tula el arqueólogo Ivan Sprac calculó que desde ese lugar se realizaba la observación de la puesta solar para las fechas de 30 de abril y 13 de agosto del calendario gregoriano reconstruido para el pasado. Dichas fechas aparecen de manera constante como parte de las observaciones calendárico-astronómicas de los antiguos mesoamericanos y servían como rectoras de los ciclos agrícolas.
Además de estas observaciones calendárico-astronómicas se ha propuesto por otros investigadores como Fernando Getino que la observación de los extremos del planeta Venus como estrella vespertina en el cielo occidental y la estrella polaris ubicada hacia el sector norte del cielo, hayan estado relacionados con el diseño de la traza del conjunto ceremonial de Tula. Tula Chico, sin embargo, el asentamiento coyotlatelco anterior al desarrollo de la plaza principal de Tula, y ubicado 1 km al norte, presentaría orientaciones principalmente de tipo equinoccial, anteriores cronológicamente a las observaciones calendárico-astronómicas del Postclásico Temprano. El cambio de orientaciones astronómicas de la arquitectura de las plazas principales de Tula Chico y Tula posiblemente nos hable de tradiciones rituales y de prácticas de observación astronómicas distintas entre los primeros asentamientos coyotlatelco del área y la posterior urbe de los toltecas.
La observación de los ciclos del planeta Venus quedó también registrada en la escultórica de la antigua Tollan, pues pueden apreciarse diversos signos de la estrella de Quetzalcoatl en el corpus escultórico de Tula. Al respecto cabe recordar que los Anales de Cuauhtitlan narran que al morir el gobernante Ce Acatl Topiltzin este se convirtió en el lucero del alba, en el dios del planeta Venus, quien armado de sus dardos surge del inframundo y mostrando su enojo, dispara mortalmente a sus víctimas según el signo calendárico que regía al momento de su aparición. Imágenes en los códices del postclásico que hablan de la región hacen pensar que también existió el culto a la deidad lunar en los alrededores de la antigua Tollan Xicocotitlan.
El pasado viernes 10 de septiembre de 2010 tuvimos en en la antigua ciudad de Tollan Xicocotitlan, el evento denominado Los Caminos del Cielo que el Instituto Nacional de Antropología e Historia organizó en varios sitios arqueológicos de la nación. En esta ocasión tocó el turno a la antigua ciudad del numen venusino ser anfitriona y abrir sus puertas a mas de tres mil personas, entre jóvenes, niños y padres de familia, aficionados a la astronomía y al México Prehispánico, y darles la oportunidad de ser así espectadores del espectáculo del cielo nocturno al interior de una zona arqueológica tan importante como lo es el antiguo lugar de tules, el lugar del abejorro.
Gracias al apoyo de los integrantes de la Sociedad Astronómica de Hidalgo, y a su presidente el historiador Gilberto Morales Fuentes, así como con la venia de Tlaloc, los asistentes al evento pudimos apreciar a Venus como “estrella de la tarde” antes de su ocaso en el cielo poniente, a la brillante Arturo, así como a la Polaris en el sector norte del cielo, también pudimos apreciar el movimiento de la Osa Menor -posiblemente conocida como Xonecuilli por los aztecas- sobre el Palacio Quemado, a Antares de la constelación de Escorpión conocida como Sinan Ek entre los antiguos mayas, así como al planeta Jupiter con sus lunas levantándose en el cielo oriente de la zona arqueológica.
Las conferencias del Dr. Robert Cobean sobre las Guerras de Venus en Tula, así como del mismo historiador Gilberto Morales sobre la astronomía posicional en Mesoamérica, y la participación de un servidor, antecedieron al evento de observación astronómica. Fue esta la primera vez que la zona arqueológica de Tula abre sus puertas de noche. No luz, no sonido, solo la gente y el escenario majestuoso del cielo. La gente se comportó de maravilla, se mostró interesada y respetuosa a los monumentos. Da gusto saber que el cielo estrellado y las ruinas arqueológicas de la antigua ciudad de Quetzalcoatl hayan sido motivo de tan respetuosa celebración. Enhorabuena.
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