jueves, noviembre 15, 2007

Excavaciones arqueológicas en Zapotlán de Juárez.

En febrero del presente año fueron denunciados ante el INAH el hallazgo de restos oseos y fragmentos de cerámica arqueológica durante los trabajos de urbanización de un fraccionamiento en tierras ejidales de la comunidad de Zapotlán de Juárez, a pocos kilómetros al sur de la ciudad de Pachuca, Hidalgo. Las obras fueron suspendidas por el departamento de asuntos jurídicos del centro INAH Hidalgo y se inició el procedimiento administrativo correspondiente que derivó en trabajos de rescate arqueológico en el lugar los cuales comenzaron en el mes de agosto y que se prolongaron por espacio de cinco semanas.
En las excavaciones participamos los arqueólogos Cesar Vázquez Vázquez y Alfonso Torres Rodríguez y en específico se exploraron 3 unidades de excavación en puntos donde la apertura de las calles del fraccionamiento habían dañado la estratigrafía cultural presente en el predio.
La unidad de excavación número uno (U.E. 1) se localizó en la sección sudoriente del predio La Palma. El área fué seleccionada debido a que durante el estudio de superficie se localizó en el lugar una abundante presencia de materiales arqueológicos cerámicos y líticos del periodo Clásico (350-3350 d.C.) así como en menor medida del Postclásico Tardío (1350-1519 d.C.).
Las exploraciones en la U.E. 1 abarcaron un total de 57 m2 los cuales fueron cubiertas durante tres semanas de excavaciones. Se localizaron alineamientos de piedra, superficies de ocupación y depósitos con abundantes items de cultura material en contexto secundario, que formaron aparentemente parte del espacio de una unidad doméstica del periodo Clásico (350-550 d.C.) adscrita a la cultura teotihuacana. Entre los items de cultura material recuperados en las excavaciones de la U.E. 1 se encuentran fragmentos de figurillas, puntas de proyectil, navajillas y vasijas con las formas características de las fases tempranas de la cronología teotihuacana, así como en menor cantidad materiales cerámicos de Postclásico Tardío (1350-1519 d.C.) en las capas mas superficiales.
Las exploraciones en la U.E. 1 permitieron localizar una pequeña plataforma prehispánica de tipo habitacional elaborada mediante grandes bloques de tepetate trabajado. A los elementos arquitectónicos de la plataforma localizada se le aplicó una mezcla consolidante formada por arcillas locales y una solución de agua con baba de nopal al 10 %, para su conservación.
La segunda unidad de excavación (U.E. 2) se localizó en el sector central del predio. En esa área se decidió excavar pues durante el recorrido preliminar de superficie se localizó una gran cantidad de materiales arqueológicos cerámicos y líticos del periodo Postclásico Tardío (1350-1519 d.C.) asociados a un depósito mas profundo, a tierra con ceniza y a una mayor pedregosidad en la superficie del terreno, así como por la exposición de la estratigrafía arqueológica debido a los trabajos de remoción de suelo con maquiinaria pesada para el trazado de las calles del fraccionamiento.
Los trabajos en la U.E. 2 se prolongaron por mas de dos semanas y abarcaron un total de 34 metros cuadrados de superficie. En esta unidad se localizó una estructura habitacional del postclásico tardío compuesta de al menos por 3 cuartos o espacios cerrados elaborados con piedra careada de origen volcánico y cementante de tierra arcillosa y lodo. Como parte de los eventos deposicionales relacionados con la clausura de uno de los los cuartos se localizó un contexto de ofrenda de al menos 3 vasijas completas, así como se localizó en el relleno constructivo de la misma habitación un bezote elaborado en obsidiana verde, así como algunos
malacates y navajillas de obsidiana, junto con una gran cantidad de fragmentos de vasijas cerámicas y artefactos líticos como parte de los rellenos de esa estructura.
Al igual que la estructura excavada en la unidad de excavación 1, la estructura de esta unidad fué también tratada con un baño mediante aspersor de un suero aglutinante elaborado a base de agua y baba de nopal al 10 %. También se cubrieron los muros de la estructura con una tela mosquitera con el fín de dejar un registro y para que el cubrimiento diera lugar a la respiración del material constructivo consolidado. De esta manera evitamos el deterioro de los elementos de la estructura arquitectónica por haber sido expuestos por el proceso de excavación a las inclemencias de la intemperie y consolidar así los materiales constructivos con que se realizaron.
La tercera unidad de excavación (U.E. 3) se ubicó en el sector norponiente del predio. En esa área se decidió explorar ya que durante el recorrido preliminar de superficie se localizó en el lugar una gran cantidad de materiales arqueológicos cerámicos y líticos del periodo Postclásico
Tardío (1350-1519 d.C.) así como material cerámico del periodo histórico posiblemente de los siglos XVI y XVII Fue así que se decidió realizar una retícula de excavación de 48 metros cuadrados, de los cuales solo se excavaron de manera completa 20 metros hasta la roca madre. El material recuperado en las excavaciones de la U.E. 3 en su mayor parte parece corresponder al periodo colonial y en menor medida al periodo Postclásico Tardío, y parecen consistir en los desechos materiales de una unidad doméstica cercana no explorada durante las excavaciones.
Conclusiones
En conclusión, las excavaciones de rescate arqueológico realizadas por el personal de este centro de trabajo en el predio Ejido La Palma, ubicado en el municipio de Zapotlán de Juárez, Hidalgo, demostraron que el lugar presenta una historia de ocupación prehispánica remonta al menos a hace dos mil años de antiguedad. En específico se logró recuperar información de restos de unidades domésticas de los periodos Clásico Temprano (250-550 d.C.), Postclásico Tardío (1350-1519 d.C.) así como algunos mamteriales del periodo Novohispano (s. XVI-XVIII). En específico se excavó un total de 111 metros cuadrados de superficie mediante tres unidades de exploración, lográndose excavar y consolidar dos estructuras domésticas, la primera una plataforma del periodo clásico adscrita a la cultura teotihuacana y otra segunda estructura con tres cuartos o espacios cerrados y al menos dos etapas constructivas del periodo Postclásico Tardío y adscrita a la cultura arqueológica Azteca III-IV. También se excavó parte de un depósito secundario con material histórico posiblemente novohispano asociado a las actividades de una unidad doméstica cercana no localizada durante las exploraciones.
De acuerdo con los resultados preliminares de las investigaciones arqueológicas recientes podemos señalar que el territorio donde se ubica el actual municipio de Zapotlán de Juárez, y en específico en las tierras del ejido La Palma, fue escenario de una historia de ocupación al menos desde hace dos milenios, dejando esta historia en el paisaje restos de monumentos arqueológicos varios de temporalidades tanto prehispánicas como históricas. Aún falta la fase de análisis de los materiales arqueológicos recuperados, misma que se está realizando en los laboratorios del centro INAH en Hidalgo.
Los exploraciones arqueológicas en el ejido La Palma fueron realizadas gracias al apoyo de los ejidatarios de la comunidad, quienes siempre estuvieron de manera responsable atentos a la necesidad de protección de los monumentos arqueológicos afectados durante el proceso de construcción del fraccionamiento.
Desgraciadamente otros vestigios arqueológicos cercanos del mismo municipio se han perdido debido al temor de la gente de avisar al INAH acerca de los hallazgos, pues se tiene la idea equivocada de que el INAH afecta la propiedad de los terrenos donde se ubican piezas o monumentos arqueológicas. Si esto fuera cierto entonces el instituto seria el gran terrateniente de Mexico. Ya tendremos oportunidad de comentar mas al respecto. Lo cierto es que los restos arqueologicos excavados en el fraccionamiento La Palma no se encuentran aislados, hay mas vestigios arquitectónicos prehispánicos que sobreviven en los parajes cercanos de la población. Lo mismo podemos decir del resto de los municipios en el estado de Hidalgo, tanto en los valles como en la sierra y huasteca. Esperemos que la sensibilidad de la gente, de sus autoridades locales y el aviso oportuno a las oficinas de la delegación estatal del INAH, permita a los arqueólogos en conjunto con las comunidades y población en general el rescatar científicamente parte de la riqueza prehispánica que subyace en los suelos de Hidalgo.

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