domingo, marzo 22, 2009

Equinoccio de Primavera en Hidalgo

El 21 de marzo de cada año, es ya tradición en el México moderno, celebrar masivamente en las zonas arqueológicas la entrada del equinoccio de primavera y el estado de Hidalgo no podía ser la excepción. En sus tres zonas arqueológicas abiertas al público, Tula, Huapalcalco y Xihuingo, se dieron cita este sábado miles de visitantes para disfrutar de los eventos organizados por las autoridades municipales y grupos culturales con la anuencia del INAH. Durante ese día muchas personas aprovechan para cargarse de energía solar y buenas vibras, participar en un ritual de curación o limpia, o bien el apreciar las celebraciones de fuego nuevo y danzas modernas de inspiración prehispánicas. En el caso de Xihuingo, que es donde yo me encontraba este sábado junto con varios de mis compañeros fungiendo como representante del INAH, tuvimos un programa organizado por las nuevas autoridades municipales de Tepeapulco, gente muy joven y entusiasta, y donde pudimos apreciar las virtudes de una rica muestra gastronómica y artesanal, una danza de inspiración prehispánica del grupo Ensamble Hidalguense de la Casa de la Cultura local, el toque de caracol y encendido del Fuego Nuevo y una sorprendente muestra de teatro de tema prehispánico presentada por alumnos del Instituto de Artes de la UAEH, una de cuyas imágenes que capte con mi cámara ilustra la presente entrada.
Es de llamar la atención acerca de estas modernas celebraciones al equinoccio que desde los años setentas en México promovió el finado Raul Velasco a través de su programa Siempre en Domingo, pues en los tiempos prehispánicos, si bien existen registros acerca de fiestas y rituales que se celebraban alrededor de las fechas equinocciales, no tenemos una evidencia contundente del conocimiento preciso de este evento astronómico tal como actualmente es concebido, o bien que este fuera celebrado como tal en los tiempos antiguos. La arqueoastronomía, una disciplina que tiene como objeto de estudio el conocimiento y practicas de los pueblos antiguos acerca de los astros, nos enseña que en Mesoamérica las orientaciones mas comunes presentes en la arquitectura de las antiguas ciudades prehispánicas están relacionadas con fechas del ciclo solar con significado calendárico-ritual o bien con orientaciones preferentemente solsticiales. Esta preferencia por las orientaciones solsticiales, es decir con los extremos norte y sur de la trayectoria solar, tienen una importancia fundamental en la cosmovisión mesoamericana pues estas posiciones extremas marcan las esquinas del mundo y la ubicación de los portadores del cielo. A decir de Ivan Sprajc, un arqueólogo que trabaja las orientaciones astronómicas de la arquitectura mesoamericana, el conocimiento prehispánico del equinoccio astronómico tal como es actualmente concebido, al menos para tiempos anteriores al postclásico, parece cuestionable. Al parecer las orientaciones arquitectónicas al eje este-oeste parecen referir mas bien al concepto de mitades o cuartos del año o bien el de equinoccios numéricos propuesto por Sprajc, pues en estas fechas las orientaciones arquitectónicas mas comunes, al menos en el centro de México, mas que marcar el evento equinoccial astronómico en si parecen referirse a las fechas que dividen el año en cuatro partes de aproximadamente igual duración incluyendo los solsticios. Lo anterior no es de extrañar pues es bien conocido que si bien los pueblos antiguos observaban los cielos y registraban sus fenómenos, el marco conceptual en que lo observaban y lo culturalmente significativo difería bastante en relación a una concepción moderna y científica de la observación y el conocimiento astronómico. En ese sentido los solsticios eran importantes de observar pues eran los puntos máximos que marcan la forma básica del mundo cuatripartita mesoamericano y los equinoccios numéricos eran la manera de marcar las mitades del recorrido solar anual.
No obstante estas consideraciones acerca de la prevalencia del concepto de mitades o cuartos del año sobre la de un equinoccio astronómico en el mundo prehispánico, existen varios ejemplos de orientaciones claramente equinocciales como son la orientación entre la pirámide del sol en Teotihuacan y unos marcadores grabados en piedra conocidos como TEO11 y TEO16. En Altavista Zacatecas un pasillo llamado Laberinto se encuentra orientado al Cerro Picacho y marca los ortos solares durante los equinoccios y, finalmente, el mas conocido, el fenómeno de observación equinoccial presente en el juego de luces y sombras en el Castillo de Chichen Itzá. Cabe mencionar otros juegos de iluminación en las mañanas equinocciales como el presente en el Palacio del Quetzalpapalotl en Teotihuacan señalado por Ruben Morante.
En Xihuingo, a decir de Matthew Wallrath, tenemos una orientación cuasi equinoccial entre dos pares de marcadores ubicados en sus cerros de alrededor, aunque en realidad esta se encuentra alejada tres días del equinoccio verdadero pues marca los días 18 de Marzo y 25 de Septiembre.
De acuerdo con las investigaciones de Sprajc, la pirámide del Tecolote en Xihuingo tampoco marca una orientación de tipo equinoccial y mas bien su orientación este-oeste rebasa las declinaciones solsticiales del sol e incluso de la luna y es posible que este orientada hacia el año 600 d.n.e. hacia a la estrella Algol, una binaria de la constelación de la constelación de Perseus. Las orientaciones de la pirámide VI de Huapalcalco tampoco son equinocciales sino que se relacionan con las observaciones a su horizonte poniente en específico al Cerro La Providencia y las orientaciones en Tula son mas bien de tipo calendáricas, relacionadas con la familia de los 17 grados, el norte astronómico y los extremos de venus.
Como ven, poco equinoccio en la arquitectura prehispánica de Hidalgo y sin embargo, mucha celebración hoy en día. Lo cierto es que el 21 de marzo se ha vuelto a este inicios del siglo XXI un motivo mas para reunirse, visitar nuestras zonas arqueológicas y celebrar la grandiosidad de las culturas prehispánicas de nuestro país. Enhorabuena que así sea.

4 comentarios:

carlos dijo...

Hola Alfonoso, soy la persona que esta en la fotografia, me gustaria mucho entrar en contacto contigo, trabajar, no se...

abrazos....

Carlos Iván Cruz
cruzislas_ci@hotmail.com
7711235874

Alfonso Torres dijo...

Que gusto, felicitaciones a ti y a tus compañeros por la obra del 21. Estuvo muy bien, felicidades :)
Yo trabajo en el centro INAH Hidalgo, en la plaza casasola, Ex-convento de San Francisco. Estoy a tus órdenes. Bye.

Anónimo dijo...

hola Alfonso.

Te escribo desde las Islas Canarias, donde tambien hay numerosas evidencias de conocimientos astronomicos en la antiguedad, y donde, tambien, los equinoccios y solsticios marcados en la antiguedad, sufren en en su azimut un desvio demostrable con estudios mediante mediciones topograficas, ya que aqui, se pueden admirar extraordinarios marcadores solares y lunares en horizontes abruptos que pueden ser estudiados profundamente.
El hecho de que los equinoccios no coincidan con las actuales efemerides astronomicas no creo que sea debido a una adopcion por las culturas antiguas de un equinoccio numerico, sino, como indican algunas leyendas de la antiguedad,esto, sea debido posiblemente a un desvio del eje terrestre en el pasado que hizo cambiar ligeramente las coordenadas geograficas; mas, cuando en el emisferio sur, los equinoccios antiguos en los distintos marcadores solares coinciden con los dias 24 de Marzo y 18 de Septiembre. Todo esto, logicamente se puede teorizar con muchos mas solidos argumentos. Mi direccion es agustinpallares@hotmail.com
Saludos cordiales a todos
Agustin Pallares Lasso
Lanzarote (Islas Canarias) Espana

Alfonso Torres dijo...

Mucho gusto Agustin e interesantes tus comentarios. Seria interesante conocer bibliografia y estudios arqueoastronómicos respecto a los marcadores que señalas, sobre todo porque la altura del horizonte modifica las fechas de observación, pero supongo que eso bien lo sabes. Gracias por tus comentarios y saludos :)

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